La tecnología no para de reinventarse. Cada día se generan más productos y servicios donde se buscan mayor comodidad y mejor atención. Es ahí cuando la tecnología trata de ocupar cada rubro y explotarlo al máximo. Y la gastronomía no es la excepción. En Londres, Inglaterra, Inamo es un restaurante-bar que es esencial para su funcionamiento. La tecnología es el sostén y lo que lo diferencia del resto, es su carta de presentación.
Se encuentra en la calle Wardour al 130, en el turístico barrio de Soho y como su nombre deja deducir que la cocina es oriental. En este restaurante los pedidos se realizan a través de una plataforma que es muy vistosa desde el punto de vista estético. El interface se proyecta sobre la mesa de los comensales e integrado en la propia mesa hay una especie de ratón para poder elegir. Todas las selecciones realizadas son enviadas directamente a una centralita que se encuentra ubicada en la cocina, de este modo los cocineros saben qué platos deben preparar y a qué mesa están destinados. Momentos antes de que la comida sea servida, un indicador en la mesa avisa de la inminente aparición del mozo portando los primeros platos del menú elegido.
Además de ser un atractivo para el cliente, porque le plantea una forma distinta, novedosa y atractiva de pedir platos, mejora la eficiencia del servicio ya que los camareros no toman nota de los platos, sino que se concentran en la tarea de servirlos. Hay un detalle más, también sobre la mesa se encuentra una pequeña pantalla que muestra las imágenes de una webcam ubicadas en la cocina de Inamo. Toda una genialidad donde al comensal no le quedaran dudas por donde pasó su comida ni como se hizo su trago.
La carta de vinos y cocteles está separada del resto y mantiene una estética más sofisticada que la de los platos. Por la zona que se encuentra los precios son accesibles pero no deja de pagarse la ubicación, el contexto y el contenido armado con detalles que Inamo presenta para y por sus clientes.
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