miércoles, 16 de noviembre de 2011

“Encontrá el trabajo que amas, luego nunca más tendrás que trabajar”

 
Christian Delpech nació en Buenos Aires el 25 de febrero de 1977. Nunca soñó con hacerse uno de los bartender más exitosos del mundo. De hecho, como adolescente, estuvo más interesado en la entrada de publicidad y el control de comercialización. Pero en 1995, vio la película Cócktail, en la cual Tom Cruise y Bryan Brown se hacen famosos en Nueva York por lanzar botellas y hacer bromas. En ese momento, empezó a interesarse por este pasatiempo. Pasatiempo que luego se convertiría en su pasión y trabajo. Christian acredita su éxito a ser decisivo y enfocado a la práctica de su arte que consigue con mucho entreno y esfuerzo. Su lugar de trabajo es el mundo aunque su mayor éxito los consiguió en Estados Unidos. El tiempo libre lo disfruta con su esposa y su niño, y participando en acontecimientos especiales. Ha dedicado la mayor parte de su vida al mundo del cóctel y el Flair Bartending. Por ello ha ganado el campeonato del mundo 17 veces y varios torneos de Flair a nivel mundial. Hoy se encuentra instalado, una vez más, en Buenos Aires, pero no sabemos si sus ganas de seguir demostrando lo harán viajar de nuevo.

- Para definir bien a que te dedicas para esas personas que no saben, ¿Cómo lo dirias?
- Lo definiría como un barman con onda. Hacer un show para servir. Malabares, saber las medidas y tener mucho concentración para que el cliente a la hora de pedir algo para tomar también disfrute de un show en el momento. También, obvio, es fundamental que el trago este bien. Una vez que te destacas en una barra, te anotas en competencias. En mi caso particular me guie por una frase: “ “encontrá el trabajo que amas, luego nunca más tendrás que trabajar”
  -¿Te imaginabas  llegar al lugar que hoy ocupás en el mundo del flair bartending?
-
Realmente nunca me propuse una meta, como ser campeón del mundo o algo así. La razón es simple: en mis comienzos, te hablo del año 95, no habían campeonatos ni torneos de la importancia que hay hoy, o en todo caso eran muy pocos. Pero bien pensado sí, creo que tuve un sueño "Algún día -me dije- voy a trabajar en Las Vegas" y también me propuse, también algún día, tener mi propio bar. Y lo voy a hacer. Por ahora... bueno, estoy por la mitad.

- Estas con el proyecto del bar propio, lo lógico sería que sea uno bastante especial…
-Y sí, uno quiere que resulte algo especial, ¿no? Yo me siento y actúo muy profesionalmente y no pienso que necesariamente tenga que ser una cosa lujosa, me gustan las cosas bien, lo bien hecho, los buenos resultados.


- ¿tuviste algún modelo a seguir, alguien que te impactó?
- Modelos no, yo empece a estudiar por culpa de Tom Cruice, cuando vi la película Cocktail. Pero sí aprendí por ejemplo a competir con Alan Mays y Bill Long, dos leyendas americanas del flair, y entrené con ellos. Pero también ya entrenaba aquí, en Argentina, allá por los 1995, con Marcelo Benítez, que es el primer showbarman argentino y el primero en enseñar de qué se trataba esto.


-Mas allá de la profesión,  ¿tenés algún famoso como modelo de vida?
- Lo que sí siempre tuve como modelo fueron deportistas, o gente con mucha determinación en lo suyo, qué sé yo, deportistas como Michel Jordan, como Diego, gente de garra que sabe lo que quiere y trabaja durísimo para eso, ¿no?. Como flairbartender acá en Argentina, yo mismo fui uno de los primeros, no había nadie compitiendo afuera como para yo decir voy a seguir a esta persona a ver qué o cómo lo hace.

-¿qué diferencias notables podrías establecer de aquel flair de los 90, y lo que se ve ahora ¿?
- La diferencia podría decirse que está en un punto: los chicos aprenden ahora muchísimo más rápido. Tienen dvds, videos para mirar continuamente y en la web se encuentra mucho material también, por lo que todo es realmente más acelerado que en la época cuando nosotros empezamos. En aquellos tiempos no había de dónde sacar movimientos, no había de dónde sacar cosas. Todo se basaba entonces en la creación, y la creación lleva más tiempo, es inevitable. Entonces la gente ahora gana nivel rápidamente, el nivel propiamente dicho es mucho más alto, se hacen mejores cosas con la música, el show es mejor, más brillante y explosivo, la gente es más carismática, se trabaja en todo eso.

- ¿Esa película de Tom Cruise quedó en bajo nivel de showbarman?
-  Y sí, se vería lo que hoy aprende una persona en un día...


- Viendo los de chicos de la actualidad, buscando avanzar en la especialidad en todo el mundo, ¿es una moda que en algún momento caerá, o se mantendrá?
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Creo que esto va a seguir porque la tendencia está marcando eso... Lo que se ve, además, es que está creciendo y en muchos lugares crece cada día más. En Argentina tiene su crecimiento, el fenómeno es igual, Acá hay muchísimo material humano. Sin ir más lejos los mejores flairbartenders del mundo están acá, en Argentina. Pensá en esto: si hoy por hoy hubiese una Copa Davis de flair y tuviéramos que elegir cinco, diez bartenders para competir, bueno, no podríamos perder nunca. No, no podríamos perder.

-  Cuando desarrollás una rutina nueva, qué punto requiere para vos mayor concentración y trabajo? ¿Le das, por ejemplo, mucha importancia a la parte física?
- Sí, sí, hay que ir al gimnasio, la parte física juega en el conjunto. Si uno se ve bien físicamente, se sentirá sicológicamente bien y va a tener un alto grado de plenitud en lo que hace y sabe que todo eso se verá mejor en el escenario. Eso se refleja mucho en la rutina o en el show que le dará a la gente y la gente lo percibe claramente. Todo es importante, el estado físico, el nivel de entrenamiento con los movimientos, si salen, si no salen, cómo uno arma la rutina, de principio a final, cómo pone la música, etc. etc. Hay muchos factores que juegan para ganar a nivel alto, incluyendo cosas nuevas, las que se te pintan cada día.

- ¿Incluirías la alimentación, el estilo de vida?
- Sí, por qué no. O sea, claro, si vos querés llevar las cosas al máximo nivel, sí, sin ninguna clase de dudas. Una buena alimentación, una buena dieta supone una elevación del estado físico, un verte y sentirte mejor, cosas que inevitablemente se reflejarán en el trabajo.

¿Hay diferentes estilos en esta disciplina?
- El estilo es precisamente aquello que te hace destacar de todos los demás. Es la diferencia. Hay mucha gente que puede realizar los movimientos que yo hago pero no le va a salir como eso sale de mí. Es lo que profundamente uno pone. Uno debe preparar sus rutinas de un modo parecido al baile, algo así. Todos bailamos pero todos somos diferentes al hacerlo, cada quien es uno mismo cuando baila. Ser uno mismo. La clave del estilo está en ser uno mismo. Cómo muevo las manos, cómo las estiro, cómo las contraigo. Me muevo para un lado, me muevo para el otro. Es una coreografía propia e intransferible, forma parte de uno mismo y es lo que hay que poner en escena, ¿no?. Es tremendamente importante.

- ¿Qué características son, hoy por hoy, las más importantes para competir? ¿La velocidad, el estilo, la dificultad, la originalidad?
- La suma de todas esas características, el conglomerado completo. Si bien, dependiendo del torneo, hay diferentes formas de puntuación, no podés dejar afuera a ninguno de los condicionantes.

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 Ya estamos terminando. ¿Qué le dirías a un chico, a una chica que empiezan, que están logrando sus primeros aciertos y también sufriendo sus primeros errores? Que mira tus videos.
- Mhh (piensa unos largos momentos) Les diría que está bien que traten de imitar en un principio, aprender de otro no está mal. Por el contrario, es la manera más rápida de aprender. Se adquieren las bases, los movimientos básicos y clásicos. Pero más tarde, cuando esto ya se obtuvo y hay destreza suficiente, ahí no. Ahí comienza a pesar el estilo, lo que fluye de uno, lo más importante que hay que encontrar. El modo de moverse, de mirar, casi. Como te mencioné antes, el estilo es decisivo. Es como la personalidad, la naturaleza, el carácter de una persona, todo junto. Todo eso transmitido al flair es el estilo.

 

1 comentario:

  1. Está muy bien. El personaje es muy bueno y el audio es excepcional (en cuanto a calidad de sonido).

    Tiene algunos problemas de acentuación, pero en general está muy bien.

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