sábado, 3 de diciembre de 2011

El último conquistador chino

 Desde pequeño sabía que su futuro era el deporte. Que si no era uno el otro. Y el waterpolo parecía encaminado, pero con su altura de 2,29 metros tocaba el fondo de la pileta, fue entonces cuando cambió al baloncesto. Mal no le fue. Primero en el equipo de su ciudad, Shanghai Sharks (China), pero luego vendría lo más importante: ocho temporadas en los Rockets Houston en la NBA. A eso hay que sumarle ser el máximo referente en la historia del baloncesto chino y el abanderado en la inauguración de los Juegos Olímpicos en Pekín 2008.  Las continuas lesiones le fueron cerrando el camino de a poco y se retiró en julio de 2011. Pero Yao Ming sabe que si se cierra una puerta, se abre otra: decidió retomar los estudios y, como si fuera poco, presentó su vino en su tierra natal: Yao Ming.
Supo manejar ese status de icono que se ganó en un país de más de 1300 millones de habitantes al conquistar el templo del baloncesto, la NBA. Más de uno se rió cuando desembarcó, en 2002, en Houston, pero él contaba con un gran porte físico deportivo y supo sacarle provecho. Yao se caracterizaba por ser un jugador con un excelente tiro exterior de acuerdo a su estatura y con movimientos de pies que le daban una gran cantidad de herramientas al momento de atacar el aro. Su debilidad era la fuerza, ya que pese a su estatura, no tenía la fuerza de otros jugadores. Fue 7 veces nominado como titular al All Star Game y 1 vez fue seleccionado para el segundo mejor quinteto de la NBA. En su carrera promedió 19 puntos por partido (siendo su mejor año el año 2006 donde promedió 25), 9,2 rebotes y 1,9 tapones. Pese a estos números los Houston Rockets nunca pudieron pasar de la primera ronda en los Playoffs.

Es el último gran conquistador que tienen los capitalistas rojos. Su gran presencia mediático llevó a que las grandes firmas peleen por él: Coca-Cola, Apple, Nike, Visa y Reebook, entre otras. También incursionó en otras áreas como la escritura: en 2004,  co-escribió su autobiografía con Rich Bucher (analista de ESPN) y la titularon Yao: A Life in Two Words (Yao: Una Vida en Dos Mundos). Un año más tarde, ganó el premio al trabajador modelo en China. Pero su gran karma fueron las lesiones. Desde el 2005 nunca fue el mismo, le diagnosticaron osteomielitis aguda en el dedo gordo de su pie izquierdo. Logró recuperarse pero al finalizar la temporada se rompió un hueso del mismo pie lo que hizo que se mantuviera fuera de las canchas durante seis meses. Ya después le sucedieron una lesion tras otra en ese mismo pie que hicieron bajar su rendimiento.

Pero los grandes de la historia saben reinventarse. Este año, luego de su retiro, volvió agarrar los libros en el Colegio Antai de Economía y Gestión de la Universidad de Jiaotong, Shangai, pero también entró en el mundo de los corchos y las copas. Presentó en China su propia marca de vinos, Yao Ming, producidos en California, en una gala benéfica relacionada con EE.UU. Cada botella se subastó a un precio de 60.000 yuanes (9.414 dólares), aunque no se revelaron los precios finales de venta alcanzados. Cada una es de un litro y medio, y se presentó en un solo varietal: cabernet sauvignon de la Cosecha 2009 de seis bodegas seleccionadas del Valle Californiano del Napa (EE.UU). Aunque Ming no cuenta con viñedos propios, el vino se fermenta y madura en sus propias bodegas, según el portal de la propia marca, “Yao Family Wines”. Yao Ming, un pequeño gigante conquistador de China hasta Estados Unidos.

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