miércoles, 19 de octubre de 2011

Contra las reglas

Un pasillo largo y silencioso conducían a la puerta de ingreso de personal, popularmente llamada control-reloj. Era mi segundo trabajo como promotor y la primera en Jumbo de Unicenter. La empleada que se encontraba en la recepcion me dio unas planillas para completar con cara de “no soporto a los promotores”. Los supermercados tienen demasiado papelerío para empleados externos a la empresa, ponen demasiadas trabas porque para ellos es trabajo extra. Aunque  vale aclarar que los supermercados por permitir el ingreso de una promoción se llevan algunas cajas de regalo.

La ultima hoja del formulario tenía una aclaración con letra grande y en mayúscula: “PARA CONTROL DE ENTRADA Y SALIDA, TODO LO QUE INGRESA POR LA PROMOCION AL SUPERMERCADO NO PUEDE SALIR DEL MISMO”. Al preguntarle sobre este punto a Verónica, “la chica simpática” del control-reloj, me aclaró que como era una degustación de vinos, toda botella que ingrese iba a tener que quedar en el depósito del supermercado.

En el depósito, apenas entraba a la derecha estaba el sector promociones. Eran un pequeño lugar donde se mezclaban los stands de empanadas, jugos, crema de enjuagues, salames y vinos. Uno arriba de otro, o liquido en el piso que no sabias si era sangre o jugo de multifruta con pulpa de pepino. Las cajas tenían más de un mes ahí. Ningún empleado, ni los propios promotores sentían responsabilidad por ordenar.  Dejé los vinos, justo al lado de los jugos Clight, porque como había leido en el formulario, no me lo podía llevar.

 El segundo fin de semana, dejé mis cosas en el lockers, antes de ingresar por el reloj-control, cerré mi candado, cada uno tiene que llevar el suyo, y entré. El pasillo que desemboca en la salida al supermercado, está rodeado por la entrada al comedor de los empleados, desordenado por cierto, y por las distintas oficinas de los encargados de cada sector, divididas en box. Estos últimos siempre de camisa y pantalón de vestir, con una identificación que dice de que sector son encargados y su nombre completo. La salida al piso es una escalera que finaliza justo entre el sector de tecnología y las comidas para llevar.

Una vez en el piso, antes de llegar al sector bodegas esta la entrada al encantador deposito.  Al entrar entendí cómo funcionaba el círculo. Fui a buscar mi caja para hacer la degustación y no había ni una gota de los cinco vinos tintos (de 40$ c/u) que había dejado el anterior domingo. Recorrí el depósito, racks enormes formaban la estructura del mismo, con tarimas completas de cada producto. Tres pisos de estantería y zorras, aparato con el que se mueven las tarimas, dando vueltas continuamente. La parte donde guardaban las bebidas estaba ordenada. Mire tarima por tarima. Pero no encontré mi caja.  El encargado de depósito, Jorge Mansilla, simpático pero hipócrita a la vez, no sabía nada. Fácil respuesta.  Sali afuera, un camion de Fargo y uno de Coca-Cola esperaban para descargar con clarck. Regresé al locker, agarré un par de botellas e ingresé para poder hacer mi labor.
 Llegó el domingo y decidí, contra las reglas, llevarme los vinos. No era tarea fácil. Cámaras de seguridad en en todos lados, Verónica en control-reloj y empleados por doquier. Así que llevé el tonel, donde hago las degustaciones, al depósito y dentro una carpeta puse una de las botellas. Otra la enganché en el pantalón a la altura del tobillo, y la última  mezclada con el delantal que usaba en la mano. Todo este movimiento fue en el sector de los promotores dentro del depósito, en una esquina, detrás de un stand enorme de tintura para pelo. Todavía me faltaba cruzar casi todo el supermercado. El siguiente paso era caminar por el pasillo central, donde me crucé mínimo 15 empleados, fase que logré superar. Llegué a la escalera para ir al pasillo que desemboca en el control-reloj. La recta final. Tome envión por miedo a que los encargados echaran un vistazo de quien pasaba. Fiché mi tarjeta de horario, color rosa porque soy empleado externo, los internos tienen verde. Dije hasta el viernes que viene y Salí. abri mi locker, agarré mi mochila y guardé los tres vinos gloriosos que pude sacar del Jumbo. El domingo tenia con que brindar

1 comentario:

  1. La idea está bien. Ojo con los acentos. También tenés problemas con las palabras en inglés. Locker es uno solo, no hace falta la "s" y los "box" deberían ser los "boxes".

    Concordancias verbales: "Como era una degustación cualquier botella que ingrese no podía salir". No es ingrese, es ingresara, porque el verbo en pasado (era) obliga a concordar con subjuntivo, no se puede usar un verbo presente.

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