martes, 25 de octubre de 2011

La naturaleza es sabia hasta en el vino

Si bien es posible la convivencia, los vinos orgánicos y tecnológicos viven en una constante relación de choque. Cada uno tiene sus aliados de renombre y sus justificaciones. Cada uno sabe lo que ofrece y lo que no. pero lo casero siempre es más rico. En mi paladar, esa generalización también cuenta para los vinos. En esta nota el orgánico gana por nocaut.

El tecnológico, bien podría llamarse artificial, cuenta con Robert Parker como máximo defensor, el crítico de puntuación discutible. La globalización es uno de los puntos fuertes para desgranar el origen de esta clase de vinos. Pero los químicos que se utilizan en la elaboración son su mayor expresión. Solo por nombrar algunos puntos donde hace agua el vino tecnológico: maceración fría prolongada;  levadura o bacterias añadidas; enzimas añadidas; aditivos que alteren el sabor o la textura; procesos que usen máquinas para modificar el nivel de alcohol, el gusto o la textura, o que provoquen envejecimiento prematuro. Ya cae mal de solo leerlo.

Alice Feiring

En la otra punta del ring se encuentran los orgánicos. Prefiero llamarlos auténticos, fieles a la naturaleza. Alice Feiring es su máxima exponente, por si quieren leer un poco más a fondo. Las prácticas de cultivo sanas, esto incluye vendimia a mano, es el principal rasgo de esta clase. Si lo tendría que definir lo llamaría el estado puro del vino. Un gran punto a favor es la ausencia de Velcorin. Este químico, que dice presente en los tecnológicos, tiene una alta probabilidad de intoxicación, sobre todo por inhalación. También es irritante para la piel y para los ojos. Así que a la hora de elegir, fíjense si quieren descorchar naturaleza o  probar un toxico.


¿Por qué no ponen en la etiqueta todo lo que el vino lleva? ¿Cola de paja? Si los productores de vinos tecnológicos sienten que están por la senda correcta, una contraetiqueta en las botellas sería ideal, contando que sustancias y/o químicos contiene el vino. Para que se den cuenta, un ejemplo de esto sería: Ingredientes: agua, alcohol, uvas, tanino de castaña, extracto de roble, serrín de roble, levadura modificada genéticamente, urea, enzimas, zumo de uva, ácido tartárico, bentonita y Velcorin". Escalofriante.

Y repito una vez más: Lo casero siempre es más rico.

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