Caserito, caserito

Un nuevo récord mundial se estableció este año. En Londres, Christian Vanneque, un francés coleccionista privado, adquirió, por la suma de 117.000 dólares (casi 57 millones de pesos), una botella de vino blanco. El protagonista es un antiguo sommelier de un prestigioso restaurante de París llamado “La Tour d'Argent”. Y de ahora en mas también el dueño de una cosecha de 1811 de Chateau d'Yquem, que viene con su propia caja de metal y una cerradura de combinación.

¿Por qué se llega a esa suma de dinero por una botella de vino? Por lo pronto podemos decir que tiene 200 años de vida y proviene del castillo de Yquem ubicado en Burdeos, Francia. Igual Vanneque no es el primero en fijar su atención y billetera en estos vinos. En 1874,Thomas Jefferson, embajador de Francia, probó unas copas e hizo un encargo de 400 botellas. 200 para él y las otras 200 para su socio de negocios: George Washington, Presidente de los Estados Unidos por aquel entonces. Charles de Gaulle, Emperador de Japón también tuvo su compra. Y Joseph Stalin compró plantas para intentar aclimatarlas en Ucrania pero sin éxito.

 Este castillo es histórico para el país europeo. La evolución y el cuidado de los viñedos pasaron de generación en generación en la familia de Jacques de Sauvage, quien le compró el castillo a la corona francesa en 1593. Tres siglos enteros estuvo en manos de su familia. Pero en 1999 el poderoso grupo LVMH (Louis Vuitton Moet Hennessy) compró el 64 % de la empresa. El resto, más el control de la producción, quedó a cargo de Alexandre de Lur Saluces, sangre de su primitivo dueño. El actual presidente de la compañía es Pierre Lurton, quien también tiene proyectos en Mendoza.

En cuanto a la vitivinicultura, la leyenda dice que alrededor de 1874, Romain-Bertrand, bisnieto de Jacques de sauvage, ordenó que no empezase la vendimia hasta que el no vuelva de su caza por Rusia. Su viaje duró mas de lo esperado y trajo como consecuencia la aparición de la boyrytis en las uvas. la infección de este hongo elimina el agua de la fruta y deja un alto porcentaje de sólidos, como azúcares, ácidos frutales y minerales. Aunque lo dulce del vino ya se había demostrado años anteriores de esta historia. Este es el principal motivo de la distinción que este vino tomó a lo largo de los años.

La finca esta situada a 40 metros de altitud y tiene 188 hectáreas, de las cuales 110 son de viñas. El semillón ocupa un 80%, mientras que el restante es de suavignon blanc. Tiene un microclima especial: una niebla por las mañanas con suba de la temperatura alrededor del mediodía; lo cual favorece el desarrollo de los viñedos. El drenaje es perfecto gracias a las laderas inclinadas y la canalización subterránea. Por la calidad y el trabajo, el rendimiento es bajo, siete hectolitros por hectárea, aproximadamente 1000 botellas. Haciendo cuentas, cada hectárea tiene 7000 cepas, en consecuencia, hace falta siete cepas para una botella. Es por eso que dicen que de cada cepa sale una copa de Yquem. Los viñedos están divididos en 150 parcelas diferentes, que se vendimian por separado. Luego el proceso de barricas de roble nuevas donde fermentan. Por ultimo, se realizan un total de 15 trasiegos para finalmente hacer el ensamblaje.

Los vinos de Yquem tienen una enorme complejidad, longevidad y cuidado. El control de calidad es primordial. El desarrollo y la evolución fueron mejorando siglos tras siglo sin perder la excelencia del trabajo para con cada una de las uvas. En junio de este año, Christian Vanneque hizo historia al comprar el vino mas caro del mundo, el Chateau d'Yquem de 1811. Como hecho en su casa, caserito, caserito.